Firmar un contrato de arrendamiento parece, a simple vista, un trámite sencillo. Pero lo cierto es que muchos inquilinos y propietarios cometen errores que pueden derivar en conflictos, sanciones o incluso procesos judiciales. Desde nuestra experiencia como asesoría jurídica especializada en derecho inmobiliario, estos son los errores más habituales:
1. Firmar sin revisar el contrato en profundidad
Uno de los errores más comunes es firmar sin entender todas las cláusulas. Es habitual ver contratos con términos ambiguos o cláusulas que contradicen la Ley de Arrendamientos Urbanos. Muchos inquilinos desconocen sus derechos y no detectan abusos hasta que es demasiado tarde.
2. Incluir o aceptar cláusulas abusivas
Algunos contratos incluyen condiciones que no son legales, como exigir renunciar al derecho de prórroga, imponer penalizaciones desproporcionadas o cargar al inquilino con gastos que no le corresponden (por ejemplo, el IBI).
3. No realizar un inventario detallado
Es imprescindible incluir un inventario con fotografías del estado del inmueble, electrodomésticos y mobiliario. Esto evita disputas al finalizar el contrato sobre desperfectos o pérdidas.
4. No registrar o declarar el contrato
Muchos propietarios no registran el contrato ante Hacienda, lo cual puede tener consecuencias fiscales. Para el inquilino, no contar con un contrato legalmente válido puede dificultar la obtención de ayudas o empadronamiento.
5. Desconocimiento de derechos y plazos legales
Muchos desconocen que, tras un año de alquiler, tienen derecho a prórrogas anuales hasta completar 5 años (7 si el arrendador es una empresa). Otros no saben cómo o cuándo comunicar su salida del piso para evitar perder la fianza.
¿Cómo protegerte legalmente?
- Revisa cada contrato con un profesional antes de firmar.
- Verifica que las cláusulas respetan la ley vigente.
- Guarda toda la documentación, incluidas comunicaciones por escrito.
- Solicita asesoramiento legal ante cualquier conflicto.
En Asesoría Lebon, te ayudamos ante cualquier situación relacionada con tu vivienda o local arrendado. La tranquilidad jurídica no es un lujo, es una necesidad.